El bambu es uno de los materiales de construcción más antiguos del planeta y se ha utilizado durante siglos, sobre todo en los países asiáticos, donde el bambu es abundante. Debido al porcentaje relativamente alto de países menos desarrollados en los que esta abundancia está presente, el bambu se conoce a menudo como la "madera del hombre pobre".

Las asociaciones fuertes que han estado conectadas al bambu provocan opiniones personales: es un material que es amado u odiado. En este artículo, algunos de los mitos más comunes sobre el bambu serán discutidos y desacreditados, junto con la historia que llevó al malentendido.

El bambu es una maleza que crece en cualquier parte

Muchas personas son conscientes de que el bambu se utiliza en el paisajismo y a menudo causa dificultades, debido a las diferentes propiedades de las muchas especies de bambu. Hay dos categorías en las que el bambu puede caer: corriendo y aglomerándose. Algunas especies se propagan muy rápidamente a través de sus sistemas de rizomas subterráneos, estas son las especies de bambu "corrientes". La segunda categoría son los "clumpers", que generalmente se quedan en un solo lugar. El bambu Moso es una de las especies de bambu corrientes, lo que significa que puede propagarse rápidamente y no permanecerá en su lugar original.

El bambu no es muy fuerte porque se dobla fácilmente

El bambu tiene una bajo rigidez (bajo módulo E), pero tiene una mayor elasticidad lineal que la madera. Esto significa que puede doblarse más que la madera sin romperse, lo cual es muy útil en viviendas en áreas propensas a terremotos y muchas otras aplicaciones.

El bambu es más fuerte que el acero

El bambu es más fuerte que el acero cuando se observa la resistencia a la tracción de la fibra de bambu por unidad de peso. El marketing incorrecto y la exageración excesiva han llevado a este mito.

Los pandas están en peligro de extinción debido a la industrialización del bambu

La supervivencia del panda no es una cuestión de falta de bambu, sino de destrucción de los ecosistemas, ya que el bambu crece más rápido de lo que el sistema digestivo del panda es capaz de soportar. Además, el hábitat natural del panda gigante (provincia de Sichuan, China Central) no se superpone con la ubicación del bambu Moso, que se encuentra en el este de China. Incluso si ese fuera el caso, las ramas del bambu Moso serían demasiado altas para que los pandas las alcanzaran.

El rápido crecimiento de los bambues agota los bosques y el suelo

Por el contrario, el bambu es muy adecuado para la reforestación para revitalizar los suelos pobres y erosionados mediante la restauración del dosel y la retención del suelo y las capas freáticas a través de su extensa red de rizomas. El bambu es una hierba, lo que significa que crece de una manera totalmente diferente a la de los árboles, lo que dificulta la comparación entre el bambu y los árboles, en algunos aspectos. Así, al comparar el bambu con los árboles, se pueden cometer errores que tienen un efecto de "susurro chino" y que se intensifican rápidamente.

Las plantaciones de bambu conducen a la deforestación tropical

La deforestación tropical ocurre cuando los bosques tropicales no están protegidos y a menudo se destruyen para la ganadería, la infraestructura o los cultivos de alto rendimiento, como la soja o el aceite de palma. El crecimiento del área mundial de bambu, por el contrario, proviene de la expansión natural (corredores) y la reforestación de tierras degradadas con bambu, en particular en India y China. Sin embargo, esto es algo que debe ser supervisado por especialistas, ya que existe la amenaza de la deforestación tropical que afecta a las plantas de bambu y que, por supuesto, debe evitarse a toda costa.

El bambu es susceptible a los insectos

Esto sólo es cierto para los tallos de bambu naturales, sin tratar, que son ricos en azúcar natural. Existen muchos métodos no tóxicos, como el tratamiento térmico para evitar que las alimañas invadan el bambu. 

El bambu no es un material sostenible debido al aspecto del transporte

Los productos MOSO^® Bambu macizos tienen una huella de carbono negativa (CO2 neutral o mejor) a lo largo de su ciclo de vida, que incluye el transporte al almacén. Las emisiones debidas al transporte (y a la producción) son contrarrestadas por los beneficios de este material rápidamente renovable y la cantidad de CO2 que se almacena en el material durante su fase de crecimiento.